domingo, 13 de noviembre de 2011

Inmundicia


Barrendero con escoba tamaño tipo

Basura o restos de porquería mezclada con un poco de todo hay donde quiera que mires por la calle, raro es encontrar un sitio despejado.




Carro donde después cargan parte de la basura
Por las mañanas suelen barrer algunas de las calles más céntricas de los barrios. Esto traducido al indio, es pasar toda la porquería de un lado a otro, levantando todo el polvo posible durante el gesto, recogiendo los restos más sobresalientes con trozos de cartón o madera y echándolos sobre un "carro".
 Por las zonas un poco más nobles, barren con escobas de paja, dando pasitos hacia detrás,  y sin mirar, a la buena de Dios. Estén por algún sitio donde haya acera o por la misma carretera, eso carece de importancia para ellos. Creo que es para no pasar miedo cuando los coches se les echan encima, ya sabemos que ojos que no ven...
Claro, que cuando una va a pasar andando tampoco la ven y probablemente te den o con la parte inferior de la escoba o bien con el mismo palo, no creas que van a parar si es que te han oído decir un "Excuse me"... así que sigues el ritmo que llevan y cuando ves que acaba de pasar la parte de abajo de la escoba pasas deprisa, con suerte antes de que puedan darte con el palo, y aquí paz y después gloria.

Eso en cuanto al barrido, el ir caminando hacia atrás. Otra cosa es cuando friegan, entonces lo hacen hacia adelante. No utilizan fregona -de hecho no he podido comprar una puñetera fregona con un cubo donde escurrirla desde que llegué- como siempre tuve la suerte de tener y desconocía cuán afortunada debía considerarme. Aquí hay una especie de... desconozco su nombre, es como si fuera el cepillo de barrer pero acaba en una goma horizonal, como eso que utilizan los limpiacristales ya para secarlos. Pues esa cosa, y luego le ponen un trapo mojado al final, de esos de toda la vida, como cuando nuestras abuelas pasaban la mopa por la casa. Por ejemplo esto lo hacen en el metro, pasan el trapito mojado, empujan el palo hacia adelante y van pisando todo lo que van fregando. Cada mañana que lo veo me dan ganas de exclamar un Oooooléeeeee...
Cuando lo barren, como no llevan recogedor ni siquiera en el metro... echan toda la arenilla, polvo y demás hacia los lados, o abajo, en la vía.
También quien fumaba y no hace tanto, en el mismo metro de la capital, Madrid, tiraba las colillas e incluso los paquetes de cartón a la vía, puede que no estemos tan a años luz como pensamos.


Mi botella vacía o mi klinex resaltaría, seguro
Entre las cosas absurdas que hacemos los occidentales por aquí está el llevar algo que queremos tirar en la mano durante todo el día y muchas veces llegaremos con ello a casa a pesar de poderlo tirar en cualquier sitio sin que desentone con el resto del paisaje. No existen papeleras, las calles recogen toda clase de deshechos pero el caso es que cuando tienes un pañuelo de papel o una botella de agua vacía, pareces no encontrar el sitio adecuado donde dejarla -como cuando has comprado un adorno para casa y quieres encontrar el lugar más apropiado para ello- y si alguna vez osas hacerlo como que te sientes mal, miras de reojillo, y aunque haya veinte botellas y alguna sea igual a la que tienes, tú reconoces la tuya con ese dolor de saberte estar cometiendo una falta.

Venga va, otra cosa de esas que chocan, que lo estáis deseando. Tú en tu casa tienes un cubo de basura, se encuentra bolsas también para echar tus residuos pero no reciclas, mezclas todo, no existen contenedores de reciclaje y carecería de sentido que tú separases en casa algo que juntarán después.
En los edificios siempre hay que pagar a un tío para que te recoja la basura. Lo sé, también parece ilógico, todas o la mayoría estamos acostumbradas a bajar la basura en nuestra ciudad, es algo habitual. Aquí no, supongo que también es una forma de dar trabajo a alguien. Aquí no puedes ir con tu bolsa y dejarla en ningún sitio, ni siquiera donde ves que puedes encontrar un lugar apropiado donde hay más basura acumulada, pues te calzarán una multa, ¿cómo os habéis quedado? Patidifusas, como yo. Parece absurdo, perdón, es totalmente absurdo cuando si piensas que esa misma basura de no tirarla dentro de una bolsa sino de una forma esparcida como está por toda la ciudad, no pasaría absolutamente nada, pasaría totalmente desapercibida. 

En las zonas donde se supone que se almacena, hay niños que son los que se encargan de separar o bien el plástico o el papel, ese es el sistema de reciclaje... se hacen con todo aquello por lo que puedan darles dinero o bien puedan reutilizar. Sin guantes, descalzos y no tendrán necesariamente más de 5 años, a veces ponen todas esas cosas que recogen sobre un carro y después tirarán de él.
En esas zonas suele haber animales también, y debemos tirar cosas sustanciosas a juzgar por el tamaño que alcanzan algunos cerdos que hay en un "basurero" cerca de donde vivo. Son enormes, si no les hubiera visto bien la cabeza no hubiera dicho nunca que se trataba de cerdos. Son cerdos gigantes. Cuando paso por ahí nos miramos y nos respetamos, guardamos las distancias, si encuentran el gusto a todo lo que encuentran entre la basura si llegasen a estar a una distancia en la que me olieran me devorarían porque debo estar mucho más buena que todo eso.
Para mi la basura es un misterio. Nunca veo los contenedores o los espacios donde realmente va a parar pero sí que a veces cuando llevan días acumulándose residuos se llevan parte de esa basura en carros.

Ajena a conocer el sitio donde van a parar estos restos

En época de lluvias cuando el agua se almacena en esos espacios el olor llega a ser nauseabundo. Igual de cierto es que no sabemos la suerte que tenemos con nuestros cuerpos hasta que llegan a situaciones insospechadas. Puedo asegurar que soy consciente de que tengo un cuerpo inteligente, a veces paso por sitios donde sé que no soportaría el hedor y el cuerpo se acostumbra a pasar sin respirar, no sé el tiempo que pueda durar pero se adapta al trayecto de forma natural, volviendo a respirar cuando sabe que ya ha pasado o queda muy poco olor. Afortunadamente.

martes, 8 de noviembre de 2011

¿Habemus luz?

Conviviendo con los cortes de luz, resurgiendo de mis cenizas como el Ave Fénix.

A veces llegas corriendo a casa porque has quedado para hablar con algún ser querido peeeeroooo aunque has sido lo suficientemente hábil como para ir sorteando cada obstáculo callejero, una vez que llegas a casa y vas dando a diversos interruptores... -será por interruptores, hay cientos de ellos repartidos por toda la casa, uno para cada bombilla por ridículo que parezca (tengo una compañera que me dijo que se compró pegatinas de colores para saber qué se encendía con cada uno de ellos y no estar pulsando doce llaves antes de dar con la luz que pretendía encender) luego nunca encienden la luz que la lógica nuestra nos haría pensar que lo haría, pero ahí están todos ellos para los enchufes, para los ventiladores, para las luces, para QUE VUELVA EL AGUA...- nada, sin respuesta eléctrica, a veces no hay luz, se va. Los cortes unas veces solo duran unos minutos, otros algunas horas, a veces varios cortes de poca duración durante el día... Ha habido compañeros que me han comentado que se les fue durante días, afortunadamente por eso no he pasado. 


Existe una llave en cada cuadro con dos flechitas que en todas las habitaciones menos en una enciende el ventilador ¿?
El de la marca very important, hace que venga el agua cuando se acaba




















Internet unas veces va y otras va más lento, así que te acostumbras a picotear. Sí sí, a picotear, es como un aperitivo de vídeos sin ninguna aparente relación. India está sacando de mí nuevos provechos. El modo que encontré para ir viendo vídeos o noticias on line cuando la conexión marchaba más lenta fue ir abriendo las páginas de internet que quería y dejarlas ir cargando. ¿Que se para el episodio que estaba viendo de la serie "Cómo conocía a vuestra madre"?, pues lo pauso ahí y continuo con otra ventana que me carga una entrevista que hacen a un escritor en el programa "Página2". ¿Que se para porque tampoco cargó lo suficiente? entonces descubro que puedo ver el documental "La máquina del tiempo"... y cuando este para, sigo con un vídeo que se estaba cargando de música en Youtube, ¿que este se para o llega a su fin? entonces vuelvo a pinchar la parte que se ha cargado de Cómo conocí a vuestra madre y vuelta a empezar pasando por las partes cargadas de un programa a otro. Así, todo casi a la vez pero a poquitos y disfrutándolo. Funciona, te enteras de todo. Al principio he tenido días muy buenos en los que no hacía falta buscar alternativas y se veía todo del tirón, ahora la velocidad es bastante inferior, se trata de encontrarle el punto, todo lo tiene.

¿Que se va la luz? pues te dedicas a leer lo que puedes, si has tenido la suerte de tener varios artículos para leer cargados en el ordenador, puedes ir tirando de lectura mientras te quede batería en el portátil, y si no pues aunque aquí no tengo muchos libros al alcance en casa siempre aparece algo para leer y cuando casi ya no entra luz del día por la ventana y no tienes nada que leer, a otra cosa, por ejemplo a darle a "la pelota". Nunca he dedicado tanto tiempo en toda mi vida a estar en silencio, a pensar. Todavía no he conseguido centrarme en un único pensamiento, salto de unos a otros como cuando lo hace mi ordenador mientras la velocidad de internet es tan lenta.

Sería injusto que no contase que mágicamente cuando se va la luz, uno de los ventiladores del techo sito en el comedor, funciona. Solo me falló una vez, y nunca encontré una explicación pero ese día no funcionó. También me ocurrió una vez que la luz se fue, que fui a apagar un interruptor por si volvía la luz una vez me hubiera acostado con el fin de que no se quedase toda la noche encendida si es que la luz volvía, y sin querer dí a otra llave que hizo que una luz se encendiese... ingenua de mi pensé que había vuelto la luz, pero no, me dí cuenta de que tenía un ventilador en un punto y una bombilla en el otro lado opuesto de la habitación. Descubrí  así que dentro de la "tragedia" de no disponer de luz eléctrica podía escoger o leer sudando o pensar con un poco menos de calor... En este país hay que elegir constantemente y el tiempo apremia, porque si no la oportunidad se pasa y te equivocas si piensas que volverá, eso lo he aprendido también aquí y no pasa solo con la luz, pasa con todo. Otra vez que se fue la luz, me sorprendí hablando con la electricidad y me sonreí por dentro diciéndola, "¿Ah sí, con que esas tenemos? bien, no me importa que te vayas, sé dónde encontrarte", me equivoqué, esa luz que se encendió la otra vez cuando la luz se había ido, no encendía pero ya por cuestión de ese orgullo personal que a veces también aflora aquí fui probando interruptores por toda la casa y di con otro que hizo que otra bombilla se encendiera, justo en otro lado de la habitación, lejos del ventilador que casi siempre funciona.


El cableado tanto de las calles como el de las casas es tremendo, a alguna compañera le ha salido ardiendo varias veces en su casa una instalación nueva.

El otro día mientras hacían los preparativos para una fiesta en el barrio vi cómo ponían el alumbrado. Nada que ver con el estilo de Madrid que he visto durante tantos años, en los que ya los diseños de las luces están listos casi para colgar directamente. Aquí vi una especie de círculo de metal, donde metían las bombillas de colores una a una y ponían los hilillos de los cables bien pelados alrededor del casquillo... según los ponían se iban iluminando, pensé que alguno se quedaría en el sitio pero algo me hacía seguir observando durante unos minutos. Algunas cosas las siguen haciendo de un modo tan primitivo que incluso pueden tener cierto encanto pero esta no era una de ellas, creedme.

La bombilla, ese gran invento al que contribuyó el Sr. Edison.



miércoles, 26 de octubre de 2011

Lanzándose a por la llamada

Una cosa que aquí me llama mucho la atención desde que llegué es el estar siempre rodeada de un montón de indios hablando al mismo tiempo por sus móviles.  Desde el mismo momento en el que cruzo la puerta para integrarme en esa vida cotidiana cada día, echando un ojo al primer indio que me cruzo, diría que el móvil es su objeto más preciado . No concibo la idea de un indio sin móvil, todos se pasan el día escribiendo mensajes o con el teléfono a la oreja. 

A mi la impresión que me da, es que en este país cobran más por esas décimas de segundo desde que suena el teléfono hasta que lo cogen que por el tiempo que después pasen hablando, no encuentro otra explicación a este fenómeno que sufre la mayoría de ellos. Es una carrera continua. No da tiempo a que dé un tono de llamada que ya están con él en la oreja. No es que los lleven en el pantalón para cogerlo rápido en cuanto comiencen a vibrar,  o que los lleven con una cinta colgada al cuello, ni muchísimo menos dentro de un bolso... -Madre mía, qué suplicio hasta que lo encontraran les podría dar un ataque cardiaco como poco- Los llevan en la mano. Y me atrevo a decir más, lo transportan con el dedo pulgar en el botón verde para descolgar en cuanto se encienda lo más mínimo, antes de que suene y si es posible se adelantarán a cogerlo porque hay llamadas que parecen intuir.


Muestra móviles en la mano


Creo que pueden verse gravemente afectados por gente como yo. Si lo escucho mientras abro el bolso,  ellos me miran con los ojos de par en par como diciendo "¡La perderás, loca!". O si estoy en algún recinto cerrado con alguien que me esté atendiendo y quizás por respeto no lo cojo, observo cómo sus caras se van transformando en señal de alarma, incluida la de mi interlocutor.
En los aviones son tremendos, no desconectan los móviles. Estoy comprobando con ellos que quizás no tenga la importancia que nos han inculcado en Europa o América, y que no por el hecho de que un aparato, o mil en este caso, estén encendidos vaya a ocurrir una catástrofe. Aunque quizás por venir de la cultura de la que vengo, me darían ganas de ir repartiendo tortazos a diestro y siniestro en señal de desahogo por el avión cuando veo que no los apagan.

Se reciben decenas de mensajes y llamadas de publicidad al día, son muy pesados. Emplean un marketing muy directo, para mi gusto excesivo y muy agresivo.

Cuando siento que para alguien es muy importante algo a lo que yo no le veo esa importancia, me gusta fantasear con ideas malignas. Por ejemplo aquí me gusta pensar en un par de días sin móvil jejeje ¿qué harían, sobrevivirían? ¿se enfadarían con el mundo o descubrirían que también pueden prescindir de ellos en ocasiones?

Da igual lo pobres que sean -y esto no lo digo porque no tuvieran derecho a tenerlo, sino cómo se da esa paradoja de que no puedan llevarse un día algo a la boca pero sí dispongan de teléfono, también nosotros estamos sobrealimentados y podría chocarles a ellos-. Los señores que van vendiendo frutas con sus carritos tienen su móvil, y muchas de las señoras de las casas de alrededor les llamarán para que les preparen sus pedidos y se los suban a casa. Los conductores de rickshaws, tanto de motor como de bici, tienen móvil, cualquier conductor va siempre pendiente de sus mensajes y sus llamadas. Muchas personas tienen más de uno, también muchos de nosotros en occidente, sí, pero no llevamos ambos tan tan tan a mano con esa predisposición de tirarse a él en cuanto suena.

Tienen miles de sintonías diferentes de llamada, la mayoría muy bollywoodienses. Curioso que se molesten en buscar algunas melodías originales si no dan casi opción a escucharlas cuando les llaman para hacerlas sonar.

Me pregunto cómo se apañarán en la ducha, porque segura estoy de que sus móviles en esos momentos también van con ellos. Por supuesto siempre encendidos y con sonido,en sitios como el cine, también los he observado en algún acto literario... da igual que el aforo sea considerable o sea reducido, los atienden con total naturalidad, mientras me armo de valor tratando de mantener la calma asumiendo que debo aceptar una cultura distinta a la mía.
En el metro existen algunos asientos que tienen a mano algún enchufe, siempre están cargando los móviles en ellos, son sitios muy solicitados, si ven que ocupas uno y no aprovechas para encender el móvil, se sientan a tu lado aunque no haya sitio y se lanzan a por el enchufe no sin  antes lanzarte una mirada acusatoria, más que por estar ocupando el sitio por no estar usando el enchufe.

jueves, 29 de septiembre de 2011

Rickshaws de bicicleta

Montar en un rickshaw de bicicleta es una experiencia por la que la mayoría cuando llegamos pensamos que no pasaremos y por la que más tarde o más temprano, pasamos.

La principal razón por la que al llegar descartamos el uso de un rickshaw de bicicleta es porque los conductores suelen ser niños o jóvenes desnutridos y solo el pensar en que con esos cuerpecitos tendrán que tirar de nosotros pedaleando, es decir, para llevar "al/la gordo/a de turno... y que conste que no estoy hablando de mi, por supuesto, para lo que puedan llegar a pensar los más malvados, es que cualquiera a su lado pesará como mínimo el doble del peso del chaval que le transporte.


Si se fija una bien verá que son tres personas las que van atrás.

 
También hay gente con más edad que los lleva, de hecho cuando lo comenté con alguien de aquí al poco de llegar me dijo, a ver es que hay que cogerlos, y si no coges al niño por niño, también el viejo por viejo... ¿con qué te quedas? Pues sí, es cierto, tremenda elección.

Creo que debemos cogerlos, que puedes hacer incluso un transporte más corto de lo previsto, como algo simbólico tampoco tiene que ser una limosna. Esta gente vive en la calle. Recuerdo una imagen de una noche, como entre 20-30 chavales, durmiendo todos juntitos uno tras otro, en cadena. Una imagen dura que al mismo tiempo quedaba adornada con ese toque de ternura, como mostrando de esa forma que no están solos y se tienen unos a otros... Y sí, también en cierto modo entrañable.

Por lo general no hablan un carajo de inglés, tampoco les hace falta, está claro. Soy yo la que estoy en su barrio, ¿no? bastante que traten de entenderte. Alguna conversación tipo para que os hagáis a la idea:
- Morning. (Absurdo, sigo diciéndolo pero es mecánico, les importa un pito que les des los buenos días, es más, no tienen ni idea de que se los estés dando y además es un dato poco práctico porque si tratan de situarlo en alguna dirección para llevarte les estás perdiendo).
- uhh ( Yo lo interpreto como un "¿y si me repites a dónde vas qué tal?")
- ME TRO STA TI ON
- (Aquí ellos giran la cabeza hacia la parte de atrás como diciendo, venga móntate ya)

Puede haber alguna variante si es el camino a la inversa para que me lleven a casa. En ese caso como tampoco suelen conocer las direcciones, solemos tener una conversación algo similar a esto:
-hheeeee
- No recto (Lo digo en inglés pero es que cometo diariamente muchas estupideces, acabo dándole en el hombro y adelantándoles mi mano cuanto puedo y estirándome bien para que vean la dirección que deben tomar)
-ehhhou
-yes yes... (si sí... continua, no ves que no te doy en el hombro, tú sigue)
Y así tan largo sea el camino a casa que podría llevarnos cosa de 20 minutos, a veces hasta nos sonreímos porque debemos pensar que somos igual de memos.


Se utilizan a menudo para los desplazamientos por el barrio



Con estos pobres no se negocia el precio cuando montas, yo creo que prácticamente aceptan lo que les den sin rechistar. Es tristísimo.

Raro es ver un carro de estos derecho. Cuando me monto, voy pensando cómo podría ayudar, y voy poniéndome en un lado, o torciéndome hacia el centro o hacia el otro a ver si hay forma de equilibrar y que aquello sea más sencillo. Bueno eso y... sin que salga de aquí, y siempre deseando que nadie lo aprecie por lo ridículo que pueda parecer voy como impulsando con el culo y dando golpecitos de pecho... como tirando, sabiendo que no hace nada, pero ¿y si le das pequeños impulsitos? Llegas a creértelo interiormente, eso y esa voz interna si se acerca una poca de pendiente que les dice... "Venga, vamos... tira que me convierto en peso pluma".  Esto pasa incluso cuando ves a esas familias abusonas que montan a 3 miembros y se dejan llevar, que incluso a veces de pie en la bici son incapaces de moverlas y se bajan para para tirar directamente empujando con todo el cuerpo...

jueves, 8 de septiembre de 2011

Carta abierta

Me gusta actuar. No me gustan las esperas. Me gusta tomar decisiones.
Me gusta ver niños jugando en las calles. Me gusta la sensación de libertad.
Me gusta escuchar RISAS, no me gustan los gritos ni que la gente hable alto. No me gustan los silencios.

Me gustan los desayunos.

Me gusta GUARDAR SECRETOS cuando han confiado en mi para contármelos, y si me lo piden OLVIDARLOS.

Me gusta pensar que no hay distancias.

No me gusta la gente triste.
No me gusta pensar, ni que me hablen mal de nadie.
No me gusta que se deje nada en el plato. NO ME GUSTA LA ENFERMEDAD.

ME GUSTAN TODOS MIS AMIGOS Y LOS QUE TODAVÍA NO LO SON.

Me gusta despertarme al lado de las personas a las que quiero.
Me gusta la gente que encuentra una causa para LUCHAR Y SIGUE ADELANTE.

Me gusta mucho Barbara. Perdón, me gusta TODO de Barbara.

Me gusta estremecerme de placer.
Me gustan el té, el café, las naranjas... No me gustan mucho las aceitunas ni el ajo.

NO ME GUSTA HACER DAÑO AUNQUE A VECES LO HAGA, tampoco me gusta llorar.

Me gustan los ríos, los senderos y los bosques, el olor a tierra mojada, el ruido al pisar hojas secas...
Me gustan las azoteas, ver los tejados desde lo alto, los balcones llenos de flores de colores...

NO me gustan el ODIO ni el RENCOR No me gustan los ENFADOS.
No me gusta permanecer fija en un lugar. No me gusta la pereza, ni tener la sensación de que el tiempo se me va.

Me gusta la gente LLENA DE VIDA. ME GUSTA LA GENTE CON ILUSIONES.
No me gustan NADA las despedidas. NO ME GUSTAN LAS INJUSTICIAS.

Me gusta querer. Me gusta mimar.
Me gusta la gente mayor.
Me gusta el abrazo de un niño a su madre aunque me cueste retener alguna lágrima.

Me gusta devolver SONRISAS.

Me gusta acostarme con la conciencia tranquila. No me gusta dejar de hacer algo en lo que creo.
Me gusta caminar. Me gusta SOÑAR, me gusta INVENTAR historias para los demás.

Me gusta Paul Auster.

Me gustaría hacer a todo el mundo FELIZ aunque haya gente que crea que eso es imposible porque sé que se puede.
Me gusta la música, e inventar las letras de las canciones (aunque solo sea porque no me las sé).

Me gustan el poder de la MAGIA, el de un ABRAZO, el del PERDÓN...

NO ME GUSTA QUE HAYA GENTE QUE PASA HAMBRE.

Me gusta recordar a la gente que he conocido a lo largo de la vida, aunque haya sido solo de paso.

jueves, 1 de septiembre de 2011

Pisos, "Cuando se acabe el agua..."

Aunque suelo disfrutar viendo casas, este no era el momento, no me apetecía andar abriendo y cerrando una maleta por mucho tiempo. Me apetecía encontrar un piso para empezar a vivir esta ciudad cuanto antes.

Con qué te encuentras:

  • Suciedad. Por mucho que te digan mientras te enseñan un piso que antes lo limpiarán, lo cual me hace pensar que ellos mismos lo ven un tanto destartalado, tú sabes que no lo harán.  El concepto de limpieza no es el mismo, bien me lo dijo el señor que me buscó la casa. Después de pagar a una señora por limpiar la que sería mi casa, le dije -Pero no han venido a limpiar, todo esto está sucio. -No es que estuviera sucio porque yo sea tiquismiquis y vaya pasando un algodón por los rincones. La entrada principal da a la cocina, en el suelo había papeles, bastoncillos y un sin fin de cosas más: "será que todo lo iba dejando en el suelo de la cocina y se le pasó recogerlo". Después fijándote más veías en un armario un líquido vertido, no sé cuánto llevaría, bien pegajoso, bolsas y papeles en los armarios. . . -¿No habíamos pagado a alguien para limpiarla?- -Madam, -me dijo- esto está bien, es que ustedes tienen otro concepto de limpieza. . . - Acto seguido, y continuando la propia lógica india, me ofreció los servicios de la misma por si quería disponer de ella para que realizara las tareas de la casa. . . Quita quita no te preocupes, ya he visto su trabajo de cerca.

  • ¿Trastos? Esto pasa también en cualquier lugar de España, digamos que aquí es más exagerado. Todo aquello que los dueños de una casa no han utilizado durante generaciones por la inutilidad del objeto en sí o por la escasa belleza de la obra, lo almacenan en el piso que alquilan, debe ser para que des tú misma con su valor. Así yo siempre en cada casa he tenido lo que llamábamos "el rincón de los horrores", donde trataba de agrupar todo aquello que no era mío, de forma que ocupara el menor espacio posible y sobre todo que no se viera. Aquí mantener un rincón así sería imposible, porque aquí cuanto mayor es un objeto mayor es su caché. Las casas suelen estar bastante recargaditas por lo general.

  • Ducha central. Sí, muchas casas y hoteles aquí, disponen de un tipo de ducha así. Suelen estar en el centro del baño, independientemente de que justo al lado esté el wc, el lavabo o el toallero, y por lo general, en esas condiciones salvo que quieras compartir una ducha sugerente con alguien, lo mejor es que cuando uno la utiliza el resto salga por patas o acabarán todos totalmente bañados, así como todo lo que haya por el baño. Mala suerte si alguien tiene ganas de hacer pis mientras tú estás en la ducha, que entre, ya se le cortarán las ganas.   

Bueno, pues he tenido suerte. Mi casa tiene wc, otras conservan las letrinas de siempre, tiene ducha e incluso mampara. Genial. Doy saltos de contenta. Presto atención a las explicaciones sobre el gas, la electricidad y demás que me va dando el casero en un inglés indio total, quisiera perderme lo menos posible porque también me habla de dónde comprar unas garrafas de agua para beber. . . , hasta que tantas cosas nuevas de golpe hacen que mi mente se cortocircuite y deje de seguir escuchando cuando llega a la frase: ". . . y cuando el agua se acabe. . . ljskafj xvdfa dsaeofdsi soiuf. . ." -no podía seguir- Perdón, no le he entendido bien, cuando el agua se acabe? - -Sí una vez que se acabe ñadlj oer dkhdk jfewi djh- Qué coño querrá decir este hombre con que cuando el agua se acabe. . . Discúlpeme otra vez, ¿el agua se va a acabar? ¿cuándo? ¿por qué?!!! No era el típico anuncio que todos hemos escuchado alguna vez  de que el agua se acaba y que debemos hacer un uso apropiado de ella, que es cierto. Lo que me estaba dando a entender es que un día de repente yo, en mi casa, no tendría agua. . . Muchas veces no tengo luz, pero los demás tampoco, hay cortes de energía,  pero daba a entender que el agua solo me faltaría a mi. Sin haber llegado a comprenderle del todo, le dejé continuar y acabó diciendo que cuando se acabase el agua pulsara un interruptor, que en veinte minutos volvería a tener agua.

Así que ya sabéis, el agua se acaba y no hay por qué entrar en pánico cuando esto ocurre. Estamos en India, mágicamente damos al botón y el contenedor vuelve a llenarse.
Ojo, hay que recordar bajar el interruptor después de unos 10-15 minutos, en caso contrario el agua acabaría derramándose por las paredes del edificio. 

Contenedor de agua sobre una azotea

Habéis descubierto también por qué aunque quiera ducharme con agua un poco más fresca después de llegar de la calle a estas temperaturas tan altas o cuando me despierto por las mañanas y me apetece empezar una mañana con un poco de energía.. sigue saliendo bien calentita . . .

miércoles, 24 de agosto de 2011

Donde caben dos caben tres, cuatro, cinco...

En este autorickshaw contamos hasta 17 niños. Una vez descubrieron la cámara empezaron a hacerse hueco ahí dentro caritas sonrientes. Al final casi saco una secuencia para ver recompensado tanto esfuerzo.






No nos descuidemos y vayamos a olvidar dónde estamos, si hay algo que se mantiene en el tiempo aquí son las costumbres. Se hacen mayores, quizás antes en la parte de atrás se metían 7 u 8, pero mientras la magia de su simpatía perdura.







lunes, 15 de agosto de 2011

Barrios en Delhi

Voy a intentar que os podáis hacer una idea de cómo es un barrio en la ciudad de Nueva Delhi. 
Un barrio congrega a cientos, miles de personas. Realmente están muy poblados. Las casas no alcanzan mucha altura 2-3 plantas por lo general, así que los barrios se extienden por la ciudad a lo ancho y largo haciéndola parecer inmensa.

Los barrios tienen varias entradas desde las "avenidas" más principales y sus calles están divididas en bloques, lo que para nosotros sería algo así como sectores. Y pensaréis, qué bobada, y para qué pierde alguien el tiempo en decirme cómo es un barrio, pues como todos. Bien, no es exactamente igual, existe -como la mayoría de las veces aquí- una "pequeña diferencia" que radica fundamentalmente en que nosotros ponemos un nombre diferente a cada calle, ellos no, -¿por qué?- Por que son MO DER NOS y no lo necesitan. Tú vives en el Bloque C, y el Bloque C puede abarcar pues 8 manzanas por poner un ejemplo. Ahora vienen los números, porque además de MO DER NOS, los tíos son listos, y se preguntaron cómo vamos a diferenciar una casa de otra perteneciendo al mismo barrio, y dentro de éste al mismo bloque, pues poniendo números distintos a esas casas. Hasta ahí podría decirse que seguimos más o menos una lógica similar. ¿Ponen los números en orden? Pues sí, digamos que los ponen en un orden... -por lo que hasta el momento he podido encontrar- aleatorio o siguiendo una lógica india que todavía no he descifrado. Las casas de la misma calle suelen ser pares o impares consecutivos hasta el momento en el que esa calle acaba, una vez llegado a ese número no sabemos dónde puede continuar la numeración... puede ser a la vuelta o puede ser una o dos manzanas más allá... En ocasiones es una sorpresa, tanto para el que la busca como para el que vive por allí que puede dar pistas con cierta inseguridad como diciendo prueba por allí y te señala con el dedo por allá.

Llegamos al punto culminante de la importancia de las puertas de entrada a los barrios. Casi coincide con la hora a la que la pobre Cenicienta tenía que recogerse, la hora más temida si no tienes cierta familiaridad con el barrio, la hora cumbre, las 11PM. 
A esa hora, todas esas puertas de entrada a los barrios de las que hablaba al comienzo se cierran permitiendo un único acceso. Esto puede resultar de lo más emocionante a esas horas en la que todo está obscuro porque no suele haber iluminación, no reconoces las calles por las que te llevan porque posiblemente si hace poco que llegaste a la ciudad nunca pasaste antes por allí o de haber pasado puede que ni las reconozcas con toda esa cantidad de gente tirada por la calle durmiendo. 
El taxi te lleva por esa única puerta que conocerá -o  no, a veces también pasa, una vez llegué al aeropuerto por los pelos precisamente porque ambos desconocíamos la puerta de acceso, el taxista y yo, él no recordaba siquiera por dónde había entrado... y no había forma de salir del barrio, eso para otra ocasión.- Aún así impacta sobremanera esa especie de vallas de hierro haciendo de puerta, con policías a ambos lados con sus escopetas, rifles o como se llame el arma que llevan colgada al hombro, que sin tener ni idea ni reconocer que se trata de tu propio barrio piensas "Aquí ha pasado algo muy gordo en este tiempo y yo no me he enterado" - y cuando ya les escuchas hablar en hindi al taxista y a los polis añades a tu frase mental "Ni me enteraré"-. Y lo mejor viene cuando el taxista se gira hacia atrás y te dice "¿Hacia dónde es?" - ¿¿¿¿Eh????

Es una de esas "pequeñas" cosas que pueden olvidar explicarte a tu llegada y con las que supongo que de haberte contado te volverían a sorprender una vez llegado el momento. Como diría la Ley de Murphy, esa única puerta de acceso nunca coincidirá con la tuya más cercana, es más, no coincidirá con ninguna de aquellas puertas que tú ya conocías.

A ver quién encuentra mi casa a la primera, ni los taxistas, a todos acabamos guiándoles por estos entresijos de callejuelas con mayor o menor acierto. 

Aunque si te dieron una dirección antes o después darás con ella y qué satisfacción cuando es a la primera ;p

jueves, 28 de julio de 2011

MO DER NO

El concepto de moderno que tienen los que ya llevan un tiempo en la India dista de aquel que traemos cuando acabamos de llegar.

Pequeña "preocupación" al incorporarme a mi lugar de trabajo. Me preguntaba qué solían hacer allí mis compañeros en la hora de la comida, me preguntaba si habría o no algún lugar cercano para comer algo...A esta preocupación se le unía un hándicap más, solo traía euros, no había tenido ocasión de cambiar a rupias... Algunos compañeros muy atentos, me dijeron que las primeras compras o comidas podía hacerlas a escasos 30 minutos, en una especie de centro comercial o mercado MO-DER-NO. Me recalcaban lo de que estaba muy bien, que era muy MO-DER-NO. Y yo que soy dada a imaginar tanto como me cuentan, humildemente a lo Ana María Matute, imaginaba un Berberly Hills, qué sé yo... incluso pensé que qué pena cuando yo lo que buscaba ya era adentrarme cuanto antes en plena cultura india... y que ellos para que no notase tanto el choque tratarían de mantenerme occidentalizada.

De siempre fui muy bienmandá, y allá que me dirigí. No podíamos estar hablando del mismo sitio, se tenían que haber equivocado. MO-DER-NO, todos habían coincidido. El caso es que curiosamente, los nombres de los sitios que me habían dicho estaban por ahí colgados de alguna manera sobre aquella especie de construcciones... Debía ser aquello, con ese calor soporífero que caracteriza cada día aquí, a eso se le suma la gran cantidad de aparatos de aires acondicionados y qué sé yo cuántas máquinas, elementos varios amontonados y algunos quizás abandonados...y un sin fin de cosas más en aquellos pasillos por donde entré. Un montón de cables eléctricos colgados como si los hubieran lanzado desde cierta altura y así hubieran quedado como si de algún nuevo estilo artístico se tratara... motos tratando de circular por aquel pasillo, bicicletas... Me venía a la cabeza aquello me habían dicho o incluso recalcado esa misma mañana, no una persona sino varias, así que había consenso en que aquello era de lo más... "MO-DER-NO". Cada una de esas sílabas se golpeaban en el interior de mi cabeza. Cómo podría ser que estuviesen de acuerdo en algo así.

Ante todo rapidez, nada de perder el tiempo. Lo primero era tratar de situarme en el mapa que muy amablemente me habían trazado a mano alzada y dirigirme al sitio donde me habían dicho que podía cambiar dinero. Para eso soy única, mi orientación anda bastante bien. Qué contar de esa primera impresión una vez en aquellos puestos semitétricos, casi a las afueras de ese "CEN TRO - MO DER NO"... Es para verlo, no me atrevo yo a hacer una foto allí.

En fin, una respira hondo y sufre una especie de transformación, parece que se estire y que crezca, que se haga más fuerte con en ese suspiro. Se dirige a ellos, a los puestos, con esa seguridad en cada uno de sus pasos porque confía en el personal que le ha indicado, "tus compañeros no pueden ser tan malos en tu primer día", y aún así interiormente tu mente te habla mientras tú no quieres escuchar "cáspitas, en este momento me daría igual que me lo robaran todo, con salir de aquí con vida me doy por satisfecha, que no me corten el cuello para robarme...".
 
Ahora que te has lanzado, queda hacerte con un teléfono y una tarjeta móvil, ánimo, Yes, you can. _Porque eso sí, mi mente igual que en ocasiones si la escuchase atentamente podría hacerme perder esa aparente seguridad, una vez que se envalentona se crece en exceso y hay que tratar de frenarla y hacer que vuelva a la realidad_.

Hay que regatear, todos lo dicen. Y tú sin tener ni idea vas adelante, si esto es así, no se hable más. Uy, la primera vez que no te convencen porque no te han hecho caso cuando has tratado de bajar la cifra primera que te dieron, te vas a otro puesto para tantear si es que tú también te has pasado tirando demasiado a la baja ese número de rupias que pueda costar una tarjeta telefónica, teniendo en cuenta que el primer día no eres capaz ni de calcular el cambio de moneda mentalmente. Parece que se quedan con tu cara cuando pides precios y empiezas a regatear y al final dices NO... y das media vuelta sintiendo antes de tiempo que alguien te apunta aunque sea con el dedo por la espalda para asustarte y hacer que reconsideres esa oferta o de otro modo tú no sales de ahí... -Lo sorprendentemente cierto es que no se siente ese grado de inseguridad... Son estados a los que podemos llegar por el miedo a lo desconocido que cargamos algunas en nosotras mismas, esa carga de prejuicios que no te dejan abrirte y relajarte desde el principio.

(Además, lo realmente cierto es que a ellos les gusta timarte, sí, mucho. Les encanta engañarte regateando, es decir, en toda la cara... resarcirse de lo que te sacan en público sin que llegues a enterarte de lo que hablan cuando se jactan entre todos... Pero ojo, no a la espalda, no debe tener el mismo mérito. Otro día hablaré sobre esto.)


Fotos de esos pasillos interiores prueban ese concepto de "moderno"
He de decir que son pequeños choques de una occidental recién aterrizada en India, tratando de contarlo con un poco de sentido del humor, pero es cierto que al ver los letreros de las tiendas y una ristra de escaleras con escasa luz, bien empinadas, de paredes estrechas y olores varios... Puede resultar chocante, unas escaleras que te llevan a varias tiendas dependiendo del piso... De eso te das cuenta cuando lees "café" y llegas a una tienda monísima donde venden ropa de cama o cuando lees "libros" y llegas a una especie de tienda donde arreglan electrodomésticos... Pero una vez que lo sabes, dices, si pone café, peldaño más arriba o más abajo daré con él, y así es, solo hay que tener un poco de fe.
Hablo, para quien lo conozca de Khan Market, efectivamente bien moderno, sin parafrasear. Una vez que ya llevo un par de semanitas por aquí lo corroboro, y sí, es bastante moderno.

sábado, 9 de julio de 2011

Tráfico en Nueva Delhi 1

Lo sé, mucha gente me advertía sobre el tremendo caos que reina en las calles de esta ciudad. Había visto imágenes por internet antes de venir a Nueva Delhi para irme haciendo a la idea de cómo podría ser un poco el día a día en esta ciudad y a su vez el descubrimiento tomó la forma suficiente como para bromear un poco entre amigos.

Una vez que te subes a un vehículo en esta ciudad, especialmente en un rickshaw, sientes una transformación, algo así como si entraras en un juego de la Wii. Empiezan a correr contigo dentro y parece que vas irremediablemente a chocar una y otra vez contra un camión, una vaca, una bicicleta o elementos varios que se entrecruzan en el camino, casi cierras los ojos cuando estás a una distancia en la que piensas ya es inevitable el golpe. 

Por fortuna, todos estos conductores sortean cada obstáculo una y otra vez, y consciente de que si alguna vez así no ocurriera y llegasen a sacarte de la pista, quién sabe si ese mismo conductor que te lleva pisaría hasta el fondo el acelerador para devolveros a ambos a la carrera. Una vez que entras en ella no puedes abandonar. Es una carrera más cada día que hay que asumir. 

Recuerda, ya estás en el juego. En cada semáforo donde paras, echas un vistazo a tus contrincantes de al lado, la luz del semáforo cambia a verde, tú te tensas, el vehículo despega a toda velocidad hasta la siguiente parada. Si has conseguido llegar en primera posición, tratas de disimular esa pequeña expresión de tu boca que  quisiera esbozar una sonrisa, pero sería de mala educación no hay que olvidar que estás compitiendo. A pesar de ese esfuerzo por contener esa sonrisa, tu mirada refleja al pasajero contrario la más mínima victoria.  Cuando en la siguiente corta carrera eres tú la que llegas más tarde, ves  esa misma mirada en él y entrecruzáis una mirada más intensa si cabe, para demostrar que la carrera aún no ha terminado. Y así cada vez hasta que uno de los dos llega a su destino. Eso no quiere decir que el juego haya terminado, en una misma partida pueden irse sumando nuevos jugadores. 
El abandono de una buena pareja de contrincantes en ocasiones causa dolor, porque a todo esto se suman sin diferencia conductores y pasajeros, formando un equipo que funciona a nivel individual y colectivo.

Te subes a un rickshaw y el objetivo del conductor  y el tuyo es ganar, llegar a la meta.

Rickshaws en línea calentando motores

Dudo que se lleguen a coger los 50 km/h pero sientes la velocidad por tus venas. 

Aquí la distancia de seguridad o el adelantar por la derecha, en este caso porque conducen por la izquierda, son conceptos que no existen, se dejan al libre albedrío del conductor.

viernes, 1 de julio de 2011

Equipaje 2

Ahora llevo el pelo muy corto, creo que eso allí además me puede beneficiar, no me imagino un chorro enorme de agua saliendo del grifo para aclararme la cabeza y me vería con algún contenedor tipo jarra o barreño, esperando a llenarlo pacientemente para después podérmelo ir echando a mi antojo y aclararme. Y claro, para ello ¿cómo no voy a llevar mi máquina de cortar el pelo? De este modo lo que podría ser una ventaja ya lo he convertido en inconveniente para mi maleta, un aparato más. Me crispa los nervios el tema del trabajo, si no fuera a trabajar... sobreviviría perfetamente con el pelo de mi cabeza (lo siento el de mis piernas, ingles o axilas así a bote pronto pienso que no me dejaría sobrevivir del todo a gusto, o el bigotillo, prejuicios) y no llevaría la maquinita, aunque luego llegase después de 3-6 meses o incluso más al aeropuerto y viese en mi hermana esos ojos como platos abriéndose cada vez más y más... Y así, para ser sincera, todo o gran parte de lo que voy metiendo en la maleta.


Ah, sí, hay más cosas claro, jabón. Dónde no voy a encontrar hoy en día jabón... Pues he metido una pastilla, pensé en cortarla para llevar menos peso, pero una vez comprobado que no cubría el peso que me dejan llevar... dije, entera. Seguro que allí me costaría menos, pero me ya que no llevo gel, me gusta el olor del jabón Heno de Pravia, me recuerda a mi abuelo, lo tenía siempre en el pueblo y aprovecho. Ahora mismo me viene al pensamiento que tenía que venir un indio a ver mi maleta y darme una paliza, por inconsciente.


No pensaba llevar nada de ropa de cama, bueno, siguiendo el consejo de una amiga, para luego moverme de allí recorriendo un poco el país, me hice una sábana saco, cogí una sábana ya un poco vieja y la cosí, para poderme echar más tranquila sobre las camas que encontraré por el camino en los hoteles. Del mismo modo, sí, también al final he acabado haciéndome con una toalla. 

En un primer momento metí una que suelo usar cuando voy al gimnasio de esas de microfibra, que no pesa nada, pero claro, luego pensé -"con todas las que tengo aquí"- (que tampoco son tantas, además siempre me las fui tomando prestadas de casa de mi padre, considerando libremente que tenía muchas y luego no usaba todas. Al final me llevo la de microfibra y un juego por si encuentro ya la casa rápido y me evito dar vueltas para comprar unas... Sí, lo sé, cuestan dos duros, serán mucho más bonitas e incluso originales para mi que llego de fuera... pero odio el consumismo por el consumismo... y aún así soy consmista, así que si puedo evitar comprar algo que ya tengo... prefiero hacerlo incluso en este caso, aunque seguro que la toalla que lleve sea más fea.

sábado, 25 de junio de 2011

Equipaje 1

Son muchos los consejos que va dando la gente que en algún momento se ha movido por India. Cuando salgo de viaje voy ligera de equipaje, en esta ocasión me despista el tema de tener que trabajar, tengo que pensar un poco más lo que llevo aunque sea porque posiblemente mi indumentaria pueda ser no recomendada allí y pienso que debo cargar con más cosas de lo que me gustaría, así que en estos momentos mi casa parece un mercadillo de lo usado, creo que es la primera vez que veo tanta ropa y especialmente tanto medicamento junto. No puedo dejar de pensar en la pobreza de la gente que encontraré allí y esa maleta que voy cargando me resulta ostentosa aunque su contenido carezca de valor como tal aquí.


Creo que tampoco hay algo importante que se me pueda olvidar pero una vez dentro de la cama cuando me acuesto se me ocurren bobadas, como esta noche que pensaba que a lo mejor no encontraba una cuerda fácilmente allí para poder colgar la ropa de la lavadora en algún lugar... Obvia decir que a la mañana siguiente esas ideas me parecen absurdas, algún objeto encontraré para poder hacerlo, porque lo he hecho otras veces, ¿justo allí donde más falta me harán dejaré de tener recursos? Espero que no.... que mi mente se abra y salir de cualquier situación. Las chicas somos así, muchos chicos también.


Estoy tan ilusionada con el viaje que a veces pienso también que dejo de pensar en cosas que realmente pueda necesitar. Lo sé, hay que cambiar el chip, ellos sobreviven con nada pero estupideces como... ¿tengo que ser sincera? Sí, lo haré, total todos sois conocidos, por lo menos para avisar a tiempo  y que otra en mi lugar no cometa las mismas tonterías después, porque si de algo estoy segura es de estar cometiendo muchas estupideces. La cera, cómo no voy a llevar ni una cajita, y si no encuentro un lugar para depilarme allí? Es más, me llevo más de una cajita y más de dos... También la silk epil, sí. Realmente podría llevar alguna cuchilla y me quitaba una cosa que llevar, pero es que también llevo, y me parece tan absurdo pensar en eso cuando voy a donde voy... Si fuera de vacaciones lo evitaría pero tenemos, perdón, tengo demasiados prejuicios. Lo mismo ocurre con tampax... compresas... me dijeron que allí los podía encontrar de peor calidad... La gente sobrevive a esas cosas allí, y yo... las llevo. Me acabaré odiando a mi misma si sigo así.

martes, 21 de junio de 2011

Primer día desde la azotea

Todo comienza ante la expectativa de un cambio, vivir en una nueva ciudad, Nueva Delhi, porque no había encontrado gran número de blogs en español cuando me puse a buscar información, y tal vez más adelante si soy capaz de dedicarle un poquito de tiempo, pueda alguna entrada ayudar a otr@s.

Se avecina un cambio de trabajo y de ciudad, fascinante. No es la primera vez, pero sí la primera que sé que viviré algo que probablemente me impactará tal vez por la dureza de la que toda la gente te habla sobre la vida en ese territorio inmenso tan distinto de otras cosas que haya podido vivir, los olores, la pobreza, la falta de ciertas comodidades, una cultura tan distinta... Tengo fe en que mi cuerpo y mi mente se adapten y pueda vivirlo intensamente.

Estos días en los que se empieza a acercar la fecha de partir reparo en pequeños gestos diarios como pueda ser comer una fruta. Ahora soy consciente cuando cojo una manzana o una pera, delicadamente la lavo  y la como a pequeños mordiscos, saboreando cada bocado. Todo porque sé que en breve allí no lo haré. Que además de lavarla, tal vez  use algún producto para desinfectarla, la pelaré y por el hecho de no tener el mismo encanto probablemente la trocearé antes de introducírmela en la boca.

Esta planta me ha acompañado casi desde el primer día en mi antiguo puesto de trabajo. Fue un regalo y curiosamente nunca dejó de tener flores. Había tenido varias pretendientas cuando hacían visitas por aquel despacho, siempre solían ofrecerle a Orquídea algún halago, así que me costó elegir quien pudiera cuidarla. Finalmente me decidí por la que me pareció que más se alegraba de verla cada día, por esa fidelidad que Orquídea me había guardado durante todas esas largas jornadas de trabajo y tantos guiños de ojo y sonrisas me había devuelto.