jueves, 29 de septiembre de 2011

Rickshaws de bicicleta

Montar en un rickshaw de bicicleta es una experiencia por la que la mayoría cuando llegamos pensamos que no pasaremos y por la que más tarde o más temprano, pasamos.

La principal razón por la que al llegar descartamos el uso de un rickshaw de bicicleta es porque los conductores suelen ser niños o jóvenes desnutridos y solo el pensar en que con esos cuerpecitos tendrán que tirar de nosotros pedaleando, es decir, para llevar "al/la gordo/a de turno... y que conste que no estoy hablando de mi, por supuesto, para lo que puedan llegar a pensar los más malvados, es que cualquiera a su lado pesará como mínimo el doble del peso del chaval que le transporte.


Si se fija una bien verá que son tres personas las que van atrás.

 
También hay gente con más edad que los lleva, de hecho cuando lo comenté con alguien de aquí al poco de llegar me dijo, a ver es que hay que cogerlos, y si no coges al niño por niño, también el viejo por viejo... ¿con qué te quedas? Pues sí, es cierto, tremenda elección.

Creo que debemos cogerlos, que puedes hacer incluso un transporte más corto de lo previsto, como algo simbólico tampoco tiene que ser una limosna. Esta gente vive en la calle. Recuerdo una imagen de una noche, como entre 20-30 chavales, durmiendo todos juntitos uno tras otro, en cadena. Una imagen dura que al mismo tiempo quedaba adornada con ese toque de ternura, como mostrando de esa forma que no están solos y se tienen unos a otros... Y sí, también en cierto modo entrañable.

Por lo general no hablan un carajo de inglés, tampoco les hace falta, está claro. Soy yo la que estoy en su barrio, ¿no? bastante que traten de entenderte. Alguna conversación tipo para que os hagáis a la idea:
- Morning. (Absurdo, sigo diciéndolo pero es mecánico, les importa un pito que les des los buenos días, es más, no tienen ni idea de que se los estés dando y además es un dato poco práctico porque si tratan de situarlo en alguna dirección para llevarte les estás perdiendo).
- uhh ( Yo lo interpreto como un "¿y si me repites a dónde vas qué tal?")
- ME TRO STA TI ON
- (Aquí ellos giran la cabeza hacia la parte de atrás como diciendo, venga móntate ya)

Puede haber alguna variante si es el camino a la inversa para que me lleven a casa. En ese caso como tampoco suelen conocer las direcciones, solemos tener una conversación algo similar a esto:
-hheeeee
- No recto (Lo digo en inglés pero es que cometo diariamente muchas estupideces, acabo dándole en el hombro y adelantándoles mi mano cuanto puedo y estirándome bien para que vean la dirección que deben tomar)
-ehhhou
-yes yes... (si sí... continua, no ves que no te doy en el hombro, tú sigue)
Y así tan largo sea el camino a casa que podría llevarnos cosa de 20 minutos, a veces hasta nos sonreímos porque debemos pensar que somos igual de memos.


Se utilizan a menudo para los desplazamientos por el barrio



Con estos pobres no se negocia el precio cuando montas, yo creo que prácticamente aceptan lo que les den sin rechistar. Es tristísimo.

Raro es ver un carro de estos derecho. Cuando me monto, voy pensando cómo podría ayudar, y voy poniéndome en un lado, o torciéndome hacia el centro o hacia el otro a ver si hay forma de equilibrar y que aquello sea más sencillo. Bueno eso y... sin que salga de aquí, y siempre deseando que nadie lo aprecie por lo ridículo que pueda parecer voy como impulsando con el culo y dando golpecitos de pecho... como tirando, sabiendo que no hace nada, pero ¿y si le das pequeños impulsitos? Llegas a creértelo interiormente, eso y esa voz interna si se acerca una poca de pendiente que les dice... "Venga, vamos... tira que me convierto en peso pluma".  Esto pasa incluso cuando ves a esas familias abusonas que montan a 3 miembros y se dejan llevar, que incluso a veces de pie en la bici son incapaces de moverlas y se bajan para para tirar directamente empujando con todo el cuerpo...

jueves, 8 de septiembre de 2011

Carta abierta

Me gusta actuar. No me gustan las esperas. Me gusta tomar decisiones.
Me gusta ver niños jugando en las calles. Me gusta la sensación de libertad.
Me gusta escuchar RISAS, no me gustan los gritos ni que la gente hable alto. No me gustan los silencios.

Me gustan los desayunos.

Me gusta GUARDAR SECRETOS cuando han confiado en mi para contármelos, y si me lo piden OLVIDARLOS.

Me gusta pensar que no hay distancias.

No me gusta la gente triste.
No me gusta pensar, ni que me hablen mal de nadie.
No me gusta que se deje nada en el plato. NO ME GUSTA LA ENFERMEDAD.

ME GUSTAN TODOS MIS AMIGOS Y LOS QUE TODAVÍA NO LO SON.

Me gusta despertarme al lado de las personas a las que quiero.
Me gusta la gente que encuentra una causa para LUCHAR Y SIGUE ADELANTE.

Me gusta mucho Barbara. Perdón, me gusta TODO de Barbara.

Me gusta estremecerme de placer.
Me gustan el té, el café, las naranjas... No me gustan mucho las aceitunas ni el ajo.

NO ME GUSTA HACER DAÑO AUNQUE A VECES LO HAGA, tampoco me gusta llorar.

Me gustan los ríos, los senderos y los bosques, el olor a tierra mojada, el ruido al pisar hojas secas...
Me gustan las azoteas, ver los tejados desde lo alto, los balcones llenos de flores de colores...

NO me gustan el ODIO ni el RENCOR No me gustan los ENFADOS.
No me gusta permanecer fija en un lugar. No me gusta la pereza, ni tener la sensación de que el tiempo se me va.

Me gusta la gente LLENA DE VIDA. ME GUSTA LA GENTE CON ILUSIONES.
No me gustan NADA las despedidas. NO ME GUSTAN LAS INJUSTICIAS.

Me gusta querer. Me gusta mimar.
Me gusta la gente mayor.
Me gusta el abrazo de un niño a su madre aunque me cueste retener alguna lágrima.

Me gusta devolver SONRISAS.

Me gusta acostarme con la conciencia tranquila. No me gusta dejar de hacer algo en lo que creo.
Me gusta caminar. Me gusta SOÑAR, me gusta INVENTAR historias para los demás.

Me gusta Paul Auster.

Me gustaría hacer a todo el mundo FELIZ aunque haya gente que crea que eso es imposible porque sé que se puede.
Me gusta la música, e inventar las letras de las canciones (aunque solo sea porque no me las sé).

Me gustan el poder de la MAGIA, el de un ABRAZO, el del PERDÓN...

NO ME GUSTA QUE HAYA GENTE QUE PASA HAMBRE.

Me gusta recordar a la gente que he conocido a lo largo de la vida, aunque haya sido solo de paso.

jueves, 1 de septiembre de 2011

Pisos, "Cuando se acabe el agua..."

Aunque suelo disfrutar viendo casas, este no era el momento, no me apetecía andar abriendo y cerrando una maleta por mucho tiempo. Me apetecía encontrar un piso para empezar a vivir esta ciudad cuanto antes.

Con qué te encuentras:

  • Suciedad. Por mucho que te digan mientras te enseñan un piso que antes lo limpiarán, lo cual me hace pensar que ellos mismos lo ven un tanto destartalado, tú sabes que no lo harán.  El concepto de limpieza no es el mismo, bien me lo dijo el señor que me buscó la casa. Después de pagar a una señora por limpiar la que sería mi casa, le dije -Pero no han venido a limpiar, todo esto está sucio. -No es que estuviera sucio porque yo sea tiquismiquis y vaya pasando un algodón por los rincones. La entrada principal da a la cocina, en el suelo había papeles, bastoncillos y un sin fin de cosas más: "será que todo lo iba dejando en el suelo de la cocina y se le pasó recogerlo". Después fijándote más veías en un armario un líquido vertido, no sé cuánto llevaría, bien pegajoso, bolsas y papeles en los armarios. . . -¿No habíamos pagado a alguien para limpiarla?- -Madam, -me dijo- esto está bien, es que ustedes tienen otro concepto de limpieza. . . - Acto seguido, y continuando la propia lógica india, me ofreció los servicios de la misma por si quería disponer de ella para que realizara las tareas de la casa. . . Quita quita no te preocupes, ya he visto su trabajo de cerca.

  • ¿Trastos? Esto pasa también en cualquier lugar de España, digamos que aquí es más exagerado. Todo aquello que los dueños de una casa no han utilizado durante generaciones por la inutilidad del objeto en sí o por la escasa belleza de la obra, lo almacenan en el piso que alquilan, debe ser para que des tú misma con su valor. Así yo siempre en cada casa he tenido lo que llamábamos "el rincón de los horrores", donde trataba de agrupar todo aquello que no era mío, de forma que ocupara el menor espacio posible y sobre todo que no se viera. Aquí mantener un rincón así sería imposible, porque aquí cuanto mayor es un objeto mayor es su caché. Las casas suelen estar bastante recargaditas por lo general.

  • Ducha central. Sí, muchas casas y hoteles aquí, disponen de un tipo de ducha así. Suelen estar en el centro del baño, independientemente de que justo al lado esté el wc, el lavabo o el toallero, y por lo general, en esas condiciones salvo que quieras compartir una ducha sugerente con alguien, lo mejor es que cuando uno la utiliza el resto salga por patas o acabarán todos totalmente bañados, así como todo lo que haya por el baño. Mala suerte si alguien tiene ganas de hacer pis mientras tú estás en la ducha, que entre, ya se le cortarán las ganas.   

Bueno, pues he tenido suerte. Mi casa tiene wc, otras conservan las letrinas de siempre, tiene ducha e incluso mampara. Genial. Doy saltos de contenta. Presto atención a las explicaciones sobre el gas, la electricidad y demás que me va dando el casero en un inglés indio total, quisiera perderme lo menos posible porque también me habla de dónde comprar unas garrafas de agua para beber. . . , hasta que tantas cosas nuevas de golpe hacen que mi mente se cortocircuite y deje de seguir escuchando cuando llega a la frase: ". . . y cuando el agua se acabe. . . ljskafj xvdfa dsaeofdsi soiuf. . ." -no podía seguir- Perdón, no le he entendido bien, cuando el agua se acabe? - -Sí una vez que se acabe ñadlj oer dkhdk jfewi djh- Qué coño querrá decir este hombre con que cuando el agua se acabe. . . Discúlpeme otra vez, ¿el agua se va a acabar? ¿cuándo? ¿por qué?!!! No era el típico anuncio que todos hemos escuchado alguna vez  de que el agua se acaba y que debemos hacer un uso apropiado de ella, que es cierto. Lo que me estaba dando a entender es que un día de repente yo, en mi casa, no tendría agua. . . Muchas veces no tengo luz, pero los demás tampoco, hay cortes de energía,  pero daba a entender que el agua solo me faltaría a mi. Sin haber llegado a comprenderle del todo, le dejé continuar y acabó diciendo que cuando se acabase el agua pulsara un interruptor, que en veinte minutos volvería a tener agua.

Así que ya sabéis, el agua se acaba y no hay por qué entrar en pánico cuando esto ocurre. Estamos en India, mágicamente damos al botón y el contenedor vuelve a llenarse.
Ojo, hay que recordar bajar el interruptor después de unos 10-15 minutos, en caso contrario el agua acabaría derramándose por las paredes del edificio. 

Contenedor de agua sobre una azotea

Habéis descubierto también por qué aunque quiera ducharme con agua un poco más fresca después de llegar de la calle a estas temperaturas tan altas o cuando me despierto por las mañanas y me apetece empezar una mañana con un poco de energía.. sigue saliendo bien calentita . . .