domingo, 12 de febrero de 2012

¿Compartir es amar? Pues entonces aquí se quieren mucho

Sí, sí, no me cabe la menor duda, en cuanto subo a un tren y les veo en los asientos percibo que los indios se adoran y nos adoran, y yo, que todavía no les adoro porque no me ha dado tiempo a intimar lo suficiente nada más tomar asiento, ellos no parecen tomarlo en consideración, así que aún así, me adoran. Soy una más de ellos desde que elegí sentarme a su lado y no puedo escapar a eso.

Ellos te miran, se fijan bien, no observan, te preguntan. Te preguntan, te ofrecen comida, agua, te preguntan. Quieren saberlo todo a cerca de ti, de dónde eres, de dónde vienes, cuánto tiempo llevas en India, a dónde vas, dónde trabajas, cuánto ganas... Te preguntan. Quieren saberlo TODO acerca de ti, de tu familia... de tu país... Creedme, cuando digo ésto, es que quieren saber todo lo que nosotros ni siquiera nos hayamos llegado a preguntar, ni podamos llegar a imaginar que alguien quiera llegar a saber. En resumidas cuentas, que lo quieren saber TODO.

Como librarme de la conversación asumo no me voy a librar y escuchar mi vida una y otra vez podría resultarme tan aburrido, invento vidas. Es la forma de darle a mi viaje un toque distinto cada vez. Me sirve también para distraerme, al fin y al cabo ellos quieren una historia y yo disfruto contándolas. Así que puedo decir que durante algunos viajes he cambiado mi profesión y me he imaginado una vida de peluquera, de fotógrafa, de dentista, de pintora, de viajera, de profesora... Si viajo con otra mujer de mi edad, ellos preguntan. Si les dices que estamos casadas, que tenemos hijos, parece que se descolocan un poco cuando no ven a los maridos pero si ya entrando en detalle les dices que es que los maridos están cuidando de los niños porque todavía son muy pequeños y nosotras nos hemos cogido unos días para recorrer India entonces ya los ojos directamente les dan la vuelta.

Existen varios tipos de trenes, desde los típicos parecidos a los que tenemos por Europa con asientos a ambos lados y pasillo central, a otros que vienen con tres literas: la superior que está siempre extendida, la del medio que suele estar descolgada y se usa a modo de respaldo cuando uno se sienta en la litera de abajo -y que puedes ajustar y colgar de forma sencilla para convertirla en litera, y la litera inferior. Cómo explicaría yo para que me entendiéseis cómo es esa litera de abajo... De ponerle algún calificativo, diría que bien podría ser la litera "conflictiva", más cuando le toca a uno. Es una litera que se corresponde con un asiento como en el caso de las literas media y superior. Donde en principio irán sentadas la persona que tienen asignadas la litera media pero que quizás no quiso extender por ir más cómoda y no tomarse la molestia de subirse después, y la persona a la que realmente le corresponde la baja. Que incluso así, el asiento es amplio y da para dos personas perfectamente salvo que se quieran tumbar a  dormir, -este tipo de tren en principio es para eso, para que duermas y descanses. Ya me veis venir, y así es. En esa litera prevista para una persona, donde fácilmente puede darse el caso e ir dos, acaban habiendo sentadas tantas personas como quepan y haciendo hueco otra más... y otra, como si aquello no llegara a tener fin.


Algunas estaciones de tren son un caos, un gran flujo de personas con bultos moviéndose en todas direcciones, animales varios moviéndose de acá para allá, gente esperando tirada en la estación, personas, familias enteras cruzando de cualquier manera las vías, animales sobre la vía como Pedro por su casa.
En algunas estaciones no encuentras claras indicaciones en inglés que puedan ayudarte para ver hacia dónde dirigirte, pero no tengas la menor duda de que siempre encontrarás  decenas de personas a las que preguntar. Mi consejo es preguntar a más de una porque les gusta parecer atentos y les cuesta reconocer que no saben algo, así que antes de decirte que no lo saben como respuesta te mandarán al andén que no es o te empujarán a subir al tren que tampoco te corresponde. Por fortuna, ya te lo aprendes y una vez a bordo sigues preguntando, quieren ayudar y como son tantos, siempre hay alguno que te dice que no es el tren correcto y que debes abandonarlo.

Afortunadamente las cabritas seguían ilesas cuando salí de allí

Cruzaban no necesariamente para subir a ese tren
Siempre que hayas sacado tu billete con tiempo, en las puertas de entrada al vagón aparece un listado con los nombres para que ya no quepa duda de que se trata del tuyo. 



Hasta aquí todo bien, y os preguntaréis para qué os estoy contando tanto rollo hoy o pero dónde esta esa pequeña diferencia que... Hijos míos, en el asiento. Tú vas andando por el pasillo y buscas el número que se corresponde con el de tu asiento. Siguiendo ese orden más o menos correlativo de números cuando vas a llegar al tuyo, ves un asiento cargadito de gente. Diriges una nueva mirada a tu billete como para darte ánimo -Ése no, anda- y en el fondo sabes que esa mirada al billete resolverá que es ése aunque tú desearas que fuese otro. Vaya, no, no te has equivocado, el número coincide. Adelante, con decisión -porque si no, después de haber pagado tu billete, harás un viaje de pie durante horas y no solo eso, además sentirás las miradas reprobatorias del resto hasta hacerte creer a ti misma que te has colado. -"Disculpen, creo que este es mi asiento".- Entonces rápido un par de indios mínimo te acecharán y te cogerán el billete sin previo aviso. La primera ocasión llegas a pensar, una equivocación, varias personas con el mismo asiento... Pero no, entonces ellos muy diplomáticamente se levantan -se levantan dos porque llegamos dos, no vayáis a creer que se levantan todos de vuestro asiento para dejároslo porque os pertenece- haciendo ese gesto que hacen "ladeando" la cabeza hacia el hombro derecho en señal de aprobación y se van de allí en busca de otro asiento y claro, ante ese gesto tú sin llegar todavía a dar un paso hacia tu sitio solo alcanzas a repetirlo del mismo modo, yo diría incluso que con un poquito de aflicción. En ese instante llegas a sentir -momentáneamente eso también es cierto- un sentimiento de culpabilidad, a pesar de que ellos no tenían billete y no solo eso sino que además desconfiaban de tu palabra al decir que te correspondía a ti el puesto.

Una vez llegas ahí siguen el resto de personas que seguramente carezcan también de billete dispuestos a charlar, eso siempre. Se marcan conversaciones donde o te haces la dormida o la muda para que puedan dejarte descansar al menos un poco o estás perdida. El caso es que en viajes cortos, donde no sabes dónde bajarte, les preguntas y rápido contestan porque están deseando ayudar, más que por el hecho de ayudar puede ser más bien por el hecho de saber más de ti -ya probablemente habrán averiguado de dónde venías, ahora les queda saber a dónde te dirijes-.

Si hacéis un viaje en tren por estos lugares, recordad, uno ahí con cautela, siempre hay que preguntar a varios, importantísimo, no olvidarlo para evitar veros en una estación perdida que no es la vuestra.

Hablan, si viene más gente todos nos agolpamos haciendo hueco para que quepa uno más -porque como decía al principio ellos se adoran pero no saben que una es tímida y necesita un poquito más de confianza- comen, preguntan, y comen, te ofrecen y vuelven a preguntar... y entra uno más para tomar asiento... Es un sinvivir, un viaje corto puede llegar a hacerse muy corto entre tanto trajín y un viaje largo puede parecer interminable precisamente por lo mismo... Y dará lo mismo que saques tu guía y te pongas a leer, ellos tratarán de interactuar contigo, te la cogerán para echar un vistazo, te la devolverán y... TE PREGUNTARÁN!

2 comentarios:

  1. Jajaja!! Me ha encantado eso de que te inventas historias nuevas. Me encaja tanto contigo! Qué divertida! Creo que me has dado una razón más para ir por esas tierras, pues no me gusta fabular a mí ni nada! Aunque tanto roce, tanto roce, no sé yo si lo llevaría bien, que una tiene un espacio personal muy bien definido y me puedo liar a mamporros, ;).
    Un besote, contadora de vidas.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Uy, lo que acabo de imaginar al leerte... Mira que conozco a través de uno de tus blogs el cómo decoras tu casa para determinados eventos (a las pruebas me remito http://lepetitetcoquetatelierdemomosan.blogspot.in/search?updated-max=2011-12-14T14:50:00%2B01:00&max-results=7&start=7&by-date=false )
      El día menos pensado preparamos una de esas permitiéndonos ser otras por un día.
      Un abrazo enorme, siempre es un placer leerte.

      Eliminar