sábado, 9 de julio de 2011

Tráfico en Nueva Delhi 1

Lo sé, mucha gente me advertía sobre el tremendo caos que reina en las calles de esta ciudad. Había visto imágenes por internet antes de venir a Nueva Delhi para irme haciendo a la idea de cómo podría ser un poco el día a día en esta ciudad y a su vez el descubrimiento tomó la forma suficiente como para bromear un poco entre amigos.

Una vez que te subes a un vehículo en esta ciudad, especialmente en un rickshaw, sientes una transformación, algo así como si entraras en un juego de la Wii. Empiezan a correr contigo dentro y parece que vas irremediablemente a chocar una y otra vez contra un camión, una vaca, una bicicleta o elementos varios que se entrecruzan en el camino, casi cierras los ojos cuando estás a una distancia en la que piensas ya es inevitable el golpe. 

Por fortuna, todos estos conductores sortean cada obstáculo una y otra vez, y consciente de que si alguna vez así no ocurriera y llegasen a sacarte de la pista, quién sabe si ese mismo conductor que te lleva pisaría hasta el fondo el acelerador para devolveros a ambos a la carrera. Una vez que entras en ella no puedes abandonar. Es una carrera más cada día que hay que asumir. 

Recuerda, ya estás en el juego. En cada semáforo donde paras, echas un vistazo a tus contrincantes de al lado, la luz del semáforo cambia a verde, tú te tensas, el vehículo despega a toda velocidad hasta la siguiente parada. Si has conseguido llegar en primera posición, tratas de disimular esa pequeña expresión de tu boca que  quisiera esbozar una sonrisa, pero sería de mala educación no hay que olvidar que estás compitiendo. A pesar de ese esfuerzo por contener esa sonrisa, tu mirada refleja al pasajero contrario la más mínima victoria.  Cuando en la siguiente corta carrera eres tú la que llegas más tarde, ves  esa misma mirada en él y entrecruzáis una mirada más intensa si cabe, para demostrar que la carrera aún no ha terminado. Y así cada vez hasta que uno de los dos llega a su destino. Eso no quiere decir que el juego haya terminado, en una misma partida pueden irse sumando nuevos jugadores. 
El abandono de una buena pareja de contrincantes en ocasiones causa dolor, porque a todo esto se suman sin diferencia conductores y pasajeros, formando un equipo que funciona a nivel individual y colectivo.

Te subes a un rickshaw y el objetivo del conductor  y el tuyo es ganar, llegar a la meta.

Rickshaws en línea calentando motores

Dudo que se lleguen a coger los 50 km/h pero sientes la velocidad por tus venas. 

Aquí la distancia de seguridad o el adelantar por la derecha, en este caso porque conducen por la izquierda, son conceptos que no existen, se dejan al libre albedrío del conductor.

4 comentarios:

  1. Me encatan tu blog, gracias por hacernos pasar estos buenos ratos. Espero ansioso momento sari......Os quiero

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  2. ya sólo con la lectura me ha entrado vértigo, he decidido ponerme unas gafas para evitar que el polvo entrara en mis ojos y, por supuesto, me he imaginado con un mono apropiado para minimizar heridas ante la posible caída... esta vez has ganado tú pero veremos que ocurre la próxima !!!. Marina

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  3. Después de meses acostumbrándoos a ese tipo de conducción no quiero ni imaginar las escenas de terror que se producirán en las calles de Madrid cuando volváis y os pongáis aquí al volante :P

    Yo también espero ansiosa el momento sari. Estoy por abrir un grupo en facebook.... ;)

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  4. Qué sensación ehhh?? como bien sabéis una cosa es verlo y otra vivirlo y yo cada momento en ese Rickshaw pensaba..si algo tiene que pasar, pasará, eso me ayudaba a relajarme cada vez más, hasta que te reclinas y disfrutas de la "competición", jejejej. Vais a tener para escribir un libro y cuando volváis a Madrid, el Silencio os va a invadir, porque lo que escucharéis serán murmullos, jijij. Por lo menos yo lo viví así. Gracias por compartir vuestros pensamientos y sentimientos. Que seáis felices cada día

    Besotes y abrazotes ;-))

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