viernes, 1 de julio de 2011

Equipaje 2

Ahora llevo el pelo muy corto, creo que eso allí además me puede beneficiar, no me imagino un chorro enorme de agua saliendo del grifo para aclararme la cabeza y me vería con algún contenedor tipo jarra o barreño, esperando a llenarlo pacientemente para después podérmelo ir echando a mi antojo y aclararme. Y claro, para ello ¿cómo no voy a llevar mi máquina de cortar el pelo? De este modo lo que podría ser una ventaja ya lo he convertido en inconveniente para mi maleta, un aparato más. Me crispa los nervios el tema del trabajo, si no fuera a trabajar... sobreviviría perfetamente con el pelo de mi cabeza (lo siento el de mis piernas, ingles o axilas así a bote pronto pienso que no me dejaría sobrevivir del todo a gusto, o el bigotillo, prejuicios) y no llevaría la maquinita, aunque luego llegase después de 3-6 meses o incluso más al aeropuerto y viese en mi hermana esos ojos como platos abriéndose cada vez más y más... Y así, para ser sincera, todo o gran parte de lo que voy metiendo en la maleta.


Ah, sí, hay más cosas claro, jabón. Dónde no voy a encontrar hoy en día jabón... Pues he metido una pastilla, pensé en cortarla para llevar menos peso, pero una vez comprobado que no cubría el peso que me dejan llevar... dije, entera. Seguro que allí me costaría menos, pero me ya que no llevo gel, me gusta el olor del jabón Heno de Pravia, me recuerda a mi abuelo, lo tenía siempre en el pueblo y aprovecho. Ahora mismo me viene al pensamiento que tenía que venir un indio a ver mi maleta y darme una paliza, por inconsciente.


No pensaba llevar nada de ropa de cama, bueno, siguiendo el consejo de una amiga, para luego moverme de allí recorriendo un poco el país, me hice una sábana saco, cogí una sábana ya un poco vieja y la cosí, para poderme echar más tranquila sobre las camas que encontraré por el camino en los hoteles. Del mismo modo, sí, también al final he acabado haciéndome con una toalla. 

En un primer momento metí una que suelo usar cuando voy al gimnasio de esas de microfibra, que no pesa nada, pero claro, luego pensé -"con todas las que tengo aquí"- (que tampoco son tantas, además siempre me las fui tomando prestadas de casa de mi padre, considerando libremente que tenía muchas y luego no usaba todas. Al final me llevo la de microfibra y un juego por si encuentro ya la casa rápido y me evito dar vueltas para comprar unas... Sí, lo sé, cuestan dos duros, serán mucho más bonitas e incluso originales para mi que llego de fuera... pero odio el consumismo por el consumismo... y aún así soy consmista, así que si puedo evitar comprar algo que ya tengo... prefiero hacerlo incluso en este caso, aunque seguro que la toalla que lleve sea más fea.

2 comentarios:

  1. Yo creo que lo mejor será que hagas una campaña "Mi nueva vida en India" y todos vamos enviando cosas que necesitéis -y que nosotros tengamos en casa- una vez estéis allí instaladas. Así cubrimos dos cosas: el no consumismo, ni el vuestro ni el nuestro porque serían cosas ya compradas, y reducir peso de vuestro equipaje. ;)
    Por cierto, yo me apunto a llevártelo personalmente. Y si quieres te corto el pelo cada mes, ya me meto yo la maquinita en mi equipaje ;)

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  2. Estaría muy bien lo que propones, viva el intercambio de enseres varios y todas acabamos beneficiándonos, incluíido planeta.

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